Mi camisa oscurecida y más allá de las axilas. Sudor everyfuckingwhere que diría mi ex, que no era angloparlante, pero que repetía chance, meeting, affaire. El affaire que tuvo conmigo al inicio, el que luego tuvo, overtime mediante, con su colleague. Así que acabamos en game over. Y todo para que al final me pidiese, cuando su colleague no abandonó a su pareja, como si la vida fuera una recreativa, insert coin. Pero esta vez no había calderilla. Pero esta vez los billetes estaban empapados de sudor y no me dieron cambio; bueno, para total sinceridad, ni siquiera pregunté por ese cambio.