Cien metros al este, las tumbonas se pringan con protectores solares. Cuatrocientos kilómetros al noroeste, los madrileños van por el tercer café de la mañana. Uglu Virtanen jamás ha cogido el metro en hora punta. Para su regocijo, Felipe II se llevó su Corte fuera de Toledo. Los toledanos perdimos historia, pero ganamos sosiego. También veraneamos en el Mediterráneo, pero con otro grado de necesidad.