Era joven,
con alguna cana precoz,
pero todavía joven.
Luché,
como si me fuese la vida,
que me iba.
Me dejé la piel.
No tanto por un sueño,
yo no tenía sueños.
Costó, me costó.
Las canas invadieron mi barba,
incluso mis fosas nasales.
Ahí tiré mi juventud,
pero lo logré.
Sin embargo, lo logrado no me llenó
y pasé al otro extremo.
Más calvo que cano,
quedé vacío.
Si hubiese tenido un solo sueño.
Si hubiese luchado por él.