Rezo, no a los dioses, sino a mí mismo.
Me rezo, me suplico, me ruego,
suspiro y vuelvo a rezarme.
Olvido aguado, apiádate.
Recuerdo calcinante, vete.
Memoria, ten piedad.
Y, mientras tanto, la vieja chispa
sigue flotando
en la inmensidad del mar.
© Miguel Ángel Fernández Lancha, 2020.
Rezo, no a los dioses, sino a mí mismo.
Me rezo, me suplico, me ruego,
suspiro y vuelvo a rezarme.
Olvido aguado, apiádate.
Recuerdo calcinante, vete.
Memoria, ten piedad.
Y, mientras tanto, la vieja chispa
sigue flotando
en la inmensidad del mar.